martes, 1 de enero de 2013

EL PRIMER DÍA DEL CAPÍTULO DE UNA VIDA

Me encanta el primer día del año, cuando despierto en casa de mis padres, en mi antigua cama, donde dormía cuando era niña, entre sábanas de franela con trenecitos y mi madre me prepara un cacao calentito frente a la chimenea, insistiendo en la importancia del desayuno ¿para crecer? ¿para sobrevivir? ¿para respirar? ¿para ser mejor?


Es una sensación agradable, tranquila, serena... siempre tengo la impresión de que se ha producido el inicio de algo, como si se me presentara una nueva oportunidad de empezar, otra vez, desde el principio...

Es como si abriera el nuevo capítulo de 365 páginas de un libro que narra una historia que eligió contar un autor anónimo a cuya merced se encuentra mi nombre.

En el fondo, deseo que la historia contenga emocionantes aventuras, estimulantes descubrimientos, sabias e inteligentes palabras que retumben con fuerza en mi interior...

Pero, por otro lado, me asalta el temor  cobarde y humano a lo desconocido, el miedo al precio que habrá que pagar para alcanzar el objetivo... elegido por el elegido, como final feliz de este nuevo capítulo.

Ganas me dan de hacer trampa y de saltarme las normas de mi vida para leer las últimas líneas de un episodio del que creo no ser la única protagonista, deprisa, por encima, como no queriendo, con la esperanza de la certerza de un futuro tranquilo, sereno, agradable, con besos y arrullos, tras un telón en cuyo fondo descansan sábanas de franela y cacaos calentitos y está mi madre, esperándome.


Deseo con todas mis fuerzas que este sea un año mágico, inspirador, brillante, nítido... exactamente como las maravillosas fotografías de ANNA ADÉN

Quiero mirar con despierta curiosidad a través de todos los cristales, desde todas las ventanas, con la certeza de que siempre el paisaje que se dibujará al otro lado estará impregnado de un suave aroma de hierba y flores.



Quiero desafiar al largo y gélido invierno, ofreciéndole mis manos extendidas, para después depositarlo como ofrenda a un fuego cercano y manejable.


Quiero dejar que todos mis pensamientos, vuelen a merced de un viento caprichoso, sin temor a la inminencia de un aterrizaje forzoso.


Quiero escuchar la información que busco, empapándome con el sonido del mar chocando contra las rocas, o en complicidad con el eco que encierra una enorme caracola pegada a mi oreja.



Quiero ser capaz de bailar con movimientos precisos y rítmicos, las notas de cualquier melodía que decida convertirse en banda sonora de mi existencia.


Deseo lo mejor para todos en el  2013.

Un abrazo de sueños.

PALMICHULA 

4 comentarios:

  1. Que palabras más bonitas!

    Te juro que lo primero que me ha venido a la cabeza es: "tengo que limpiar mi ventana ya por si algún día se le ocurre asomarse por ella y porque después de leer esto yo también quiero mirar a través de ella y para eso tengo que limpiarla ya"

    Preciosas palabras y preciosas imágenes...creo que has detallado perfectamente lo que quieres para tu año

    Ojalá sea buenísimo. Feliz 2013!! empieza a escribir ese libro en blanco ya

    Mooogggaaaksrfff

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que siendo tú la limpiarás con muy poco ya verás que prado tan bonito tienes por delante.
      Un beso guapa y muchas gracias por tus palabras.
      Palmira

      Eliminar
  2. Al publicar estas palabras permites hacerlas mías,de todos!
    Ya lo hice por cierto!
    Felicidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Evelin, me alegra muchísimo que te hayan gustado. ¡Ojala todos podamos ponerlo en práctica sin excepción!
      Un abrazo.
      Palmira

      Eliminar

Gracias por dejar tu comentario, tus aportaciones y opiniones son muy valiosas para mí.